Mi papá nunca me contó que cepillarse los dientes ante de ir a dormir era uno de los mejores rituales de belleza de un hombre. Tampoco me explicó por qué el sol se ponía por el oeste ni cuando se utilizaba la palabra «por favor». Aunque yo, leal a mi cabezonería, no desistí nunca en la búsqueda de esas respuestas. Ígor me miraba con desprecio cada vez que abría la boca para preguntar, sus oscuros ojos se achicaban hasta formar una fina línea, igual que sus labios. Pero no me atemorizaba ni él ni su desprecio porque yo era ¡¡Mario!! Valiente como D’artacan, rápido como Benji y fuerte como Son Gohan. Era el encargado de capturar a los malos malísimos, y en casa tenía uno de los peores villanos de la historia por lo cual necesitaba un aliado audaz, fuerte e inteligente. Y di con el mejor socio para esta lucha: mi mamá. Ella no tenía ninguna capa especial que le diese fuerza para volar sino que se bastaba con un delantal incrustado de manchas de sus exquisitos guisos. Tampoco tenía escudos para protegerse de mi papá, pero lo que si tenía, y era lo único que necesitábamos, era un arma infalible: sus brazos; cuando ella me abrazaba sabía que era el mejor lugar del mundo para estar refugiado, allí no entraba nadie salvo ella y yo. La verdad es que tampoco necesitaba la mejor pistola de Lucky Luke para atacar porque su frase “Mario y yo nos vamos de casa” hicieron más daño que cien balas en el pecho de Ígor. Al dejar al bellaco malherido y desorientado, mi heroína y yo cogimos el coche hasta la montaña más alta del pueblo y allí estuvimos días enteros leyendo un libro de astronomía que me explicaba con todo lujo de detalles el recorrido del sol desde los tiempos más remotos. Mientras bebíamos leche fresca y el sol nos calentaba la nuca mi socia sonreía de verdad, con ese tipo de sonrisa que te hace inmensamente feliz al recordarla años atrás.
fotografía: weheartit.com / texto: infinity hope© |
Me ha gustado mucho. Gracias por compartirlo. Besos
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Realmente entrañable.
Besos
Miguel
lareposteriademiguel.com
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Estoy contigo Hope, no hay nada mas exuberante para una mujer que ver a un hombre cepillándose los dientes ( con el torso desnudo, of course ) aparte del tan televisado y publicitado momento de afeitarse cual adonis en toalla a la cintura.
Al margen de ese momento taaaan ideal en un hombre te diré que pocas sensaciones se pueden igualar al abrazo de una madre, a sus te quieros o a sus besos y caricias, es como volver al útero materno, donde no hay prisas, ni peligros. Todo es amor y calor materno.
Gracias de nuevo por ser tan bonita.
Paqui Fernandez (Lady)
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Qué bonito relato, lleno de ternura infantil, pero a la vez muy cueerdo.
Besos.
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Gracias a tu por leerlos 🙂
Besotes!
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Besitos Miguel!!!
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Aiii que daño que ha hecho el Señor Grey jajaja
Mami solo hay una 🙂
Gracias Paqui!!
Mil besos!!
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Justamente lo que quería plasmar 😀
Gracias guapa!!
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Tienes una bonita manera de contar tu historia, gracias por haberme visitado así he podido conocerte, besos!!
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Gracias a ti guapa!!!
Besitos
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Jopé… Me he emocionado…
http://madforbar.blogspot.com.es/
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Este microrrelato se lo merecía 😛 jiji
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Qué no!! Je, je, je. Un beso
Madforbar.blogspot.com.es
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